Me es difícil hablar de mí, soy Francesca, tengo 29 años. Soy médica, futura psiquiatra. Me apasiona la mente humana, pero también el alma que late detrás de cada historia. Creo profundamente en el poder de la palabra: escribir, leer y comunicarme son mis formas de conectar con los demás —y conmigo misma— de una manera genuina y transformadora. En este espacio, prometo compartirte algunos de mis pensamientos más profundos.

La escritura desde niña se ha convertido para mi en un refugio donde puedo expresar mis inquietudes y reflexiones.

A través de cada palabra, busco conectar con aquellos que también buscan un espacio para el bienestar emocional.

Aca, cada texto es nadar en mi, nadar hacia el autodescubrimiento, hacia mi autodescubrimiento.

Espero que mis experiencias resuenen y te inspiren a explorarte.

Cada historia es un recordatorio de que no estamos solos, y que siempre podemos crear un sentido de comunidad entre aquellos que me leen y me comparten sus propias historias también.

datos muy randoms

  1. Amo correr y me gusta el café frío
  2. Nose porque escribo mejor de noche, cuando todos duermen
  3. Siempre dejo los audios de whatsapp para después y a veces ese después nunca llega
  4. La vida debería tener música de fondo, yo armo playlists para todo: para pensar, para caminar, para estudiar, para cocinar, para llorar, para cuando no quiero pensar o llorar
  5. Guardo mensajes o conversaciones que me hicieron bien, como si fueran cartas
  6. Creo que todos estamos tratando de volver a algún lugar, aunque no sepamos a cuál
  7. Escribo para desahogarme y no ahogarme
  8. A veces extraño cosas que ya no quiero volver a vivir
  9. Me pregunté mil veces si exageré y otras tantas me recordé que sobreviví
  10. A veces el cansancio de las guardias se me mete en el alma
  11. Me alivia saber que puedo reinventarme, aunque me dé pánico al mismo tiempo
  12. A veces no sé si me fui de un lugar, o si ese lugar ya no me tenía espacio
  13. Los pacientes dicen que los acompañamos a sanar, y sin saberlo, ellos también me van sanando a mí
  14. Me he encontrado riendo entre lágrimas, y llorando con una sonrisa, y ahí entiendo que sanar nunca es lineal.
  15. Hay días que se arreglan con terapia y otros con helado de dulce de leche granizado
  16. Tengo memoria selectiva: me olvido donde dejo las llaves, pero puedo recordar conversaciones de hace años
  17. Amo el olor de los libros viejos
  18. Hay una versión mía que todavía está aprendiendo a perdonarse
  19. Pienso que no todo lo que duele es malo. A veces el dolor es solo el precio de empezar de nuevo
  20. Podría desayunar, almorzar y cenar dulce de leche